Los parroquianos


Análisis de los personajes...
Grabación y edición: Marian Medic


Roles y jerarquías:
Dentro de la sociedad siempre se ha visto y creído que el bar es un lugar al que solo asisten hombres. Esto deriva de lo que solía ser una sociedad machista, en la cual las mujeres no tenían permitido salir solas, asistir a bares y mucho menos, consumir alcohol.


Fuente: Samantha Hare
Lamentablemente, parte de esta costumbre persiste en algunos de los bares tradicionales. Nosotras lo pudimos evidenciar en nuestra visita al bar Cordano. Había una jerarquía visible, los hombres, sobre todo los mayores, eran quienes tenían mayor poder. A ellos se les permitía levantar la voz en extremo, gritar, reírse y exaltarse fácilmente. Mientras que las mujeres permanecían como meras acompañantes, soltando uno que otro comentario y nunca siendo ellas quienes piden las bebidas. La comunicación no verbal era visible también en su postura, siempre cerrada y con las manos cruzadas sobre las piernas, revelando cierta inseguridad. Aunque no esté escrito, el Cordano presenta un código elaborado, donde los mozos son la propia censura y tienen cierta resistencia y rechazo a las mujeres.

Los mozos también tienen una posición superior a la de las acompañantes, pero inferior a la de los clientes hombres. Ellos son quienes hasta en ciertos casos, prefieren rechazar atender una mesa por no estar de acuerdo con quienes se ven sentados. Particularmente, el mozo que nos atendió, nunca nos miró de frente, se mostraba incómodo y demoraba muchísimo en acercarse a nuestra mesa. Todo esto nos generó incomodidad, ya que automáticamente nos encontramos en un rol inferior al de él. Finalmente, llamándonos menos la atención, notamos la predominancia de hombres en el bar. Hecho que coincidía con las jerarquías que se llevaban a cabo.

Sin embargo, y para sorpresa nuestra, en el bar del hotel Maury notamos que se llevaba a cabo algo completamente distinto, ya que no encontramos jerarquías tan marcadas. Las mujeres y los hombres cumplían el mismo rol como clientes, está aceptado que ambos géneros se expresen ‘exageradamente’ y que generen bulla y/o escándalos.

Curiosamente, encontramos elementos paralingüísticos que nos ayudaron a entender lo que comunicaban. Las personas se expresaban con un volumen de voz bastante alto, esto reflejaba un cierto grado de autoridad, a comparación de las mesas con personas que casi no levantaban la voz y así pasaban desapercibidas. Además, las personas que mostraran mayor confianza de acercarse a otras mesas, de compartir experiencias o de incluir a otros en sus ‘risas’ también tenían un grado de autoridad mayor.

Por otro lado, los mozos se encontraban en lo más bajo de las jerarquías. Intervenían solo en lo mínimo, casi sin decir palabra alguna y siempre atentos a que el cliente esté satisfecho. Ellos también estaban acostumbrados a ‘limpiar los actos’ que dejaban los comensales de mayor autoridad. Finalmente notamos que aquí, la cantidad de hombres y mujeres era casi la misma, estando esto de acuerdo a cómo se llevan a cabo las relaciones de poder en el bar.



Tipos de clientes:
Fuente: Samantha Hare
Por otro lado, si quisiéramos realizar algunas clasificaciones sobre los tipos de clientes que van a ambos bares, encontraríamos una categoría de ‘Turistas’ en ambos lugares. Principalmente en el Cordano, que al encontrarse al lado del Palacio de Gobierno, es un lugar muy concurrido por turistas que van al centro de Lima. Mientras que el Maury atrae a extranjeros por ser mundialmente conocido como el lugar donde se inventó el pisco sour, nuestra actual bebida de bandera. Un turista Venezolano nos comentó que el local era muy recomendado en el extranjero, como ‘el lugar’ que se tenía que visitar al ir a Lima. Lo cual pudimos comprobar cuando vimos turistas sudamericanos tomándose fotos al lado de ciertas fotos ubicadas en el bar.


En el Cordano, podríamos encontrar también, una categoría de ‘comensales concurridos’. Todas aquellas personas que suelen ir más de una vez a la semana al local. Notamos a varias personas que entraban solas, se saludaban cordialmente con algún mozo y pedían algo de comer.

Ya que el Maury es el bar de un hotel, con el mismo nombre, no encontramos comensales que vayan de manera concurrida. Las personas en su mayoría son turistas o (como nos comentó el mozo) son limeños que hacen el ‘tour del pisco’ y recorren los locales más conocidos donde se haga pisco, todos en una misma tarde. El Maury es conocido también, por haber albergado a embajadores y personas famosas, como nos cuenta uno de los mozos del lugar en una graciosa anécdota.

"Es insólito que un caballo venga al Maury y le haga eso a su dueño."


Grabación y edición: Marian Medic